Bol

Siglo XXI - 2002

Lienzo en formato cuadrado, tratado con óleo. Sobre la superficie fondo negro sobre el que se presenta, en primer término, un bol blanco ocupando gran parte del espacio pictórico. Representa un cuenco de color, un objeto cotidiano, manchado por una pincelada en tono rojizo, se encuentra rodeada de un resplandor de luz que desdibuja su contorno en la zona izquierda de penumbra.

La obra Bol fue Premio Adquisición en el XXIV Salón de Otoño de Pintura de Plasencia de la Caja Extremadura en el año 2002. Es una obra que corresponde a la corriente artística de la figuración neometafísica española, la cual emerge en los años 90 del siglo XX con integrantes como Ángel Mateo Charris, Ramón García Alcaraz, Joel Mestre o Dis Berlín, entre otros. Este fenómeno pictórico defiende una actitud plasmada por los artistas de la pintura tradicional que surgió en el siglo XIX, con la aparición del arte simbolista, con la representación de las imágenes que contradicen lo surreal, donde predomina la fantasía, lo onírico, la imaginación y el azar, con la realidad visible. 

Gonzalo Sicre plasma en esta pieza una relación evidente de la fotografía con el dibujo. Este objeto cotidiano adquiere un absoluto protagonismo por su ubicación en el centro de la escena, abarcando casi por completo la composición. Sobre el fondo oscuro se recorta el objeto ensalzando, por un lado, una delimitación de contornos suaves y difuminados y, por otro, el volumen y las sobras del objeto, efecto conseguido gracias al resplandor de luz que impacta por la derecha y crea una zona de sombra en el lado contrario. Esta obra, en consonancia con la producción de Sicre, abandona por completo la búsqueda de la narración o anécdota para plasmar un objeto inmerso en un silencio metafísico.

Gonzalo Sicre

01/01/1967

Gonzalo Sicre Maqueda, artista nacido en Cádiz en 1967 y afincado actualmente en Cartagena (Murcia, España), es considerado, a nivel nacional, uno de los representantes más destacados de la figuración y de los neometafísicos. Su obra ha sido ampliamente comparada con el neoyorkino Edward Hooper, considerándole como el discípulo español de éste, debido al silencio y al retrato de la soledad mostrado en sus creaciones. Su estilo se caracteriza por la constante representación de espacios arquitectónicos, interiores y exteriores, sin la presencia humana, así como la plasmación de objetos cotidianos, en su gran mayoría tazones, cuencos o boles. Ello es acompañado por la exquisitez de su dibujo y la relación con la fotografía, llevado a cabo con una gran seguridad en los trazos tanto en lienzo como en papel. Se inició en las exposiciones individuales en la década de los noventa del siglo XX, en Cartagena presentando “Monumental y Pintoresco” (1991) y “Tierra de Gigante” (1992) en el Casino de Cádiz, destacando igualmente “Muelle de Levante” (1994) exposición colectiva con los artistas neometafísicos más destacados del panorama nacional. En ese mismo tiempo, obtuvo el primer premio del Certamen de Jóvenes Artistas de Murcia de 1989, así como su selección en la convocatoria de Murcia Joven, los premios Bancaixa de pintura y en distintas bienales de pintura, lo que le posicionaron en el panorama artístico para conseguir la Beca Marcelino Botín en 1998 y la Beca Endesa en 2003. Grandes centros artísticos se han hecho eco de su arte y poseen piezas, como es el Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía, Fundación Caja Madrid, Colección Bancaixa, Banco Sabadell, Museo ARTIUM (Vitoria) o, entre otros, el Museo IVAM (Valencia). En la actualidad, Sicre se ha convertido en un pintor destacable a nivel nacional, con una habilidad especial para captar la luz en sus escenas, la gran mayoría nocturnas, con unos marcados contrastes entre luces y sombras, siendo uno de los temas centrales en los últimos años unas arquitecturas sobrias y solitarias con una gran riqueza cromática.

Ficha técnica

  • Colección

    Colección Obra Abierta

  • Autor

    Gonzalo Sicre

  • Serie

    Salón de Otoño

  • Fecha

    Siglo XXI - 2002

  • Dimensiones

    130 x 195 cm.

  • Procedimientos

    Óleo sobre lienzo

El saber no ocupa lugar