El saber no ocupa lugar
Cazador
Finales del siglo XIX - Principios del siglo XX
Retrato de un cazador con los utensilios necesarios para la caza, y acompañado de un perro, sujeto mediante una correa en la mano derecha. En la composición posee, el protagonismo principal el cazador, que aparece ataviado con un abrigo largo de color verde oscuro y un pañuelo rojo anudado al cuello. En la cabeza lleva un sombrero oscuro de ala corta adornado con una pequeña pluma de pavo real. Cruzado a su cuerpo encontramos un bolso de cuero, así como un cinturón del mismo material sobre el que cuelgan utensilios para la labor cinegética.
Sobre el paisaje montañoso, brevemente detallado, se recorta la figura, en tres cuartos. El rostro, igualmente ladeado, nos muestra a un hombre de avanzada edad, con rostro serio y que sujeta en sus finos labios un cigarrillo.
La obra Cazador se enmarca en la etapa artística de finales del siglo XIX y primera mitad del XX. El cambio de siglo trajo consigo el surgimiento de una conciencia en torno a la pérdida de las colonias de 1898, de la cual, una serie de escritores, artistas, historiadores y demás personajes críticos, se replantearon la historia de España. En este contexto se descubre que bajo ese pensamiento imperial, lastrado en las ideas de la etapa moderna de ultramar, se encuentra un país con un panorama complicado y una situación social difícil de afrontar.
En relación con esta idea social y política surge el movimiento artístico denominado comúnmente como costumbrismo o regionalismo, al que se ajusta gran parte de la obra de Adelardo. Los artistas desarrollaron obras en las que se plasmaba una identidad costumbrista, donde las fiestas populares y las labores cotidianas toman protagonismo. En la región extremeña destacaron un amplio número de artistas como el propio Adelardo Covarsí y otros como Antonio Caldera, Sánchez Varona, Eugenio Hermoso, Felipe Checa y Eulogio Blasco López, entre otros.
Además, en este mismo contexto, surgen, en relación con las nuevas expresiones artísticas, Las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, certámenes que se establecieron como vía de difusión y promoción artística en paralelo al academicismo más estricto. Estas poseían un grado de protagonismo vital a nivel nacional, pues establecían una dicotomía entre el centro de la Península y la periferia, se celebraban en Madrid, estableciéndose así como el centro rector vital. La primera exposición se celebró en 1856, emulando Le Salon, que se celebraran en París. Los artistas podían optar a tres medallas en cada uno de los campos artísticos estructurados: pintura, escultura, grabado, arquitectura y artes decorativas. De la misma manera, en el transcurso de siglo, se trasladó la iniciativa a las diferentes regiones del país, pudiendo los artistas optar a más certámenes y convirtiéndose ambas en la mayor muestra de arte español a la que concurrían artistas vivos.
Adelardo Covarsí
01/01/1885 - 01/01/1951
Adelardo Covarsí (Badajoz, 1885-1951) fue un pintor extremeño que desarrolló su carrera artística dentro del estilo denominado comúnmente como Regionalismo o Naturalismo Costumbrista. ´Debido a la influencia de su padre, gran coleccionista de arte, se convirtió en discípulo de Felipe Checa que lo orientó hacia el realismo y le enseñó la importancia del dibujo como base de la pintura. Después completó su formación en la Escuela de ¬Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Finalizada su formación, completó sus conocimientos con viajes de estudio por España, Italia, Francia, Inglaterra, Portugal y Países Bajos. Al margen de su creatividad, hay que resaltar su labor cultural como Director de la Escuela de Artes y Oficios y del Museo Provincial de Bellas Artes de Badajoz, puesto que ocupó sustituyendo a Francisco Checa. En esta Escuela se exhibe hoy día buena parte de su producción, además de su asidua colaboración con la Revista de Estudios Extremeños, en la que publicó numerosos trabajos de inventario e investigación sobre el patrimonio artístico de su comunidad Con su obra Corsarios portugueses inauguró su cosecha de premios, y fue tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1908 y medalla de bronce en la Exposición Internacional de Buenos Aires en 1910. A raíz de un viaje de estudios por Italia, en 1910 publicó un libro titulado Italia, impresiones de viaje por un pintor, que durante algún tiempo fue lectura obligatoria de los alumnos de la Academia de San Fernando. Obtuvo diferentes premios en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, tercera medalla en 1912, segunda en 1922 y primera en 1948, por su obra El montero de Alpotreque, que encaja perfectamente dentro del gusto oficial de la época por su realismo académico. Con esta pintura obtuvo la medalla de oro en la Exposición Internacional de Arte de Panamá en 1916 y en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. Entre sus obras predominan los paisajes y los temas de caza -probablemente influenciado por su padre, Antonio Covarsí, célebre cazador y autor de varios libros de montería- alternados con el retrato. Además, desempeñó diversos cargos como el de director y maestro de la Escuela Profesional de Artesanos de Badajoz, el de presidente del Museo Provincial de Arte de Badajoz, el de director local del Patronato de Turismo o el de miembro de la Junta de Monumentos.
Ficha técnica
Colección
23
Autor
Adelardo Covarsí
Serie
Obra Abierta
Fecha
Finales del siglo XIX - Principios del siglo XX
Dimensiones
100 x 85 cm.
Procedimientos
Óleo sobre lienzo y madera