Obra de formato rectangular realizada con acrílico sobre lienzo. El artista representa a un operario limpiando un graffiti en color rojo con las letras DEATH TO DAMIEN HIRST que unos ficticios terroristas pintaron en el tiburón de Damien Hirst, en alusión metafórica a los excesos cometidos por el mercado del arte. Pretende ofrecer una mirada irónica sobre un tema controvertido y candente como es el terrorismo.

En la segunda edición del Premio Internacional de Artes PLásticas Obra Abierta de 2012, convocado por la Obra Social de la Caja de Extremadura, fue galardonado con el primer premio Kepa Garraza por su Acción de asalto al arte nº 12, Nueva York, dotado con 15.000 €. 

El artista expresa como sus obras, entre las que se incluye la que analizamos, y que pertenece a una serie del proyecto denominado “Bida”, un relato detallado de las acciones de un grupo terrorista imaginario, conocido como las BIDA (Brigadas Internacionales para la Destrucción del Arte), que se dedica a sembrar el terror dentro del mundo del arte. Además, nos narra como la inclusión de ciertos “elementos “dramáticos”, inspirados en su mayoría en sucesos reales, en algunas de estas obras me permite guiar al espectador hacia una percepción más compleja de la obra, donde la parodia se convierte, no en un mero chiste fácil, sino en una herramienta para reflexionar acerca de los aspectos más crueles y dramáticos de nuestra realidad”. 

Su intención no es crear un discurso excesivamente ideologizado y teórico, sino que intenta transmitir su mensaje con claridad para que sea accesible al público en general. De hecho, la inexistencia de un manifiesto o de un texto en el que se nos dan claramente las pautas que se persiguen, crea un juego entre el espectador y la obra de arte. Las obras son lo suficientemente narrativas como para guiar nuestra percepción de la ficción que expresan, pero a su vez, no cerrando excesivamente la ideología que defienden para permitir una cierta libertad al espectador a la hora de emitir sus opiniones.